Luis Moscard

La imposibilidad de salvar a un hijo

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El d韆 23 de Julio, a las diez de la ma馻na, se recibi una llamada de tel閒ono en el Alc醶ar realizada desde la Diputaci髇 Provincial de Toledo por el abogado C醤dido Cabello, que se identifica como jefe de las milicias de Toledo.

De aquella conversaci髇 telef髇ica hay que destacar la terrible amenaza que recibi el coronel Moscard: 鈥si a los diez minutos no os rend韘, matamos a tu hijo Luis鈥. Su respuesta fue contundente: 鈥que se ahorrase los diez minutos y que le matase鈥.

Antes de declararse el Estado de Guerra en la ciudad el d韆 21 de julio, los primeros grupos de la Guardia Civil y sus familias llegaban a Toledo el domingo 19. La familia de Moscard acompa耋 al coronel acudiendo a la fortaleza. Seg趎 algunas fuentes, Luis se encontraba en el patio del Alc醶ar present醤dose como voluntario para la futura defensa del sitio cuando su padre tom la decisi髇 de enviar a su mujer, a su otro hijo menor Carmelo, y al propio Luis regresar a su casa en Santa Clara.

Luis es un joven estudiante de 24 a駉s, que est preparando su ingreso a la Escuela de Ayudantes de Obras P赽licas, y que es apresado el d韆 23 de julio a las siete de la ma馻na en el domicilio del Coronel Guadalupe, donde se hallaba refugiado junto a su madre, por milicianos que seguramente esperaban hallar all a un hijo del coronel Guadalupe y que ya formaba parte de la defensa del Alc醶ar. Desde all es trasladado a la checa de la Diputaci髇 Provincial en el antiguo Convento de San Gil (actual sede de las Cortes de Castilla La Mancha) por parte de algunos milicianos.

Un mes despu閟, el d韆 23 de agosto, se produce un bombardeo republicano cayendo las bombas por error fuera del per韒etro defensivo y causando bajas entre los milicianos y los civiles. Las milicias, enfurecidas, asaltaron la prisi髇, seleccionaron a un grupo de unas 60/70 personas, las ataron por parejas y las condujeron hacia la Puerta del Cambr髇. Entre estas personas se encontraba Luis y Carmelo Moscard.

En los 趌timos momentos antes de salir, un miliciano de la FAI llamado Domingo Machado y conocido como ''El Grana韓o'' cort la cuerda que un韆 a los dos hermanos y envi de nuevo al menor a las celdas. Luis fue atado a la mu馿ca de don Jos Polo Benito, de醤 de la Catedral de Toledo. Tras pasar la Puerta del Cambr髇, el grupo se dividi en dos, uno hacia el Matadero Municipal cerca del puente San Mart韓 y otro hacia la fuente de Salobre en el paseo de Recaredo. El hijo del coronel se encontraba en el primer grupo, fueron colocados contra el muro y abrieron fuego contra ellos.

La versi髇 ''oficial'' apunta que Luis Moscard fue enterrado en una fosa com趎 en el cementerio municipal de Toledo. Su cuerpo fue recuperado el 15 de enero de 1941. Entre los diferentes investigadores e historiadores no hay un acuerdo final sobre el paradero del cuerpo del joven y su recuperaci髇, a馻diendo m醩 dudas y pol閙icas a estos hechos.

En el Paseo de Recaredo se coloc una placa en honor a Luis Moscard y los presos fusilados el d韆 23 de agosto de 1936. Durante una madrugada en octubre de 2011 la placa fue destruida habi閚dose celebrado un acto conmemorativo all mismo semanas antes.

El coronel Moscard relataba de esta manera como se enter de la muerte de sus hijos nada m醩 salir del asedio del Alc醶ar:

Al llegar a la mitad de la cuesta se me acerc un hombre desconocido y a quien luego nunca he querido conocer, me dio la enhorabuena por el triunfo del Alc醶ar y despu閟, como goz醤dose en lo que pensaba decir, a馻di:

- Al mismo tiempo le doy a usted el p閟ame por el fusilamiento de su hijo Luis, que tuvo lugar el d韆 23 de agosto.

Me quede como atontado al o韗lo, porque, aunque eso fue lo que me dijo por tel閒ono el Jefe de las Milicias de Toledo, yo nunca cre que existiese tanta maldad en los hombres. No supe qu responder; creo que entre dientes dije, m醩 para m que para nadie: 鈥淧ero, 驴por qu? 脡l 驴qu culpa ten韆?...鈥

-Tambi閚 - a馻di - han fusilado a su hijo Pepe en Barcelona. El momento fue tan duro, tan cruel, que sent mis piernas aflojarse como si no pudieran sostener... 閟te era el precio de mi gloria. Nunca podr韆 sentir vanidad por algo que, siendo m韔, hab韆n pagado tan caro mis hijos.


Durante mucho tiempo, pudo escucharse una recreaci髇 del audio de la conversaci髇 entre Luis y su padre en el despacho del coronel Moscard


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